Reparación de LCA por artroscopia
La artroscopia es una técnica quirúrgica de mínima invasión que, a pesar de haber sido inventada en los años 30, aumentó su repercusión en los años 90 gracias a las mejoras tecnológicas. Un artroscopio consiste en una cámara diminuta conectada a través de fibra óptica a un monitor donde el cirujano puede observar el interior de la articulación sin necesidad de realizar una cirugía abierta. Esta técnica también puede ser utilizada en la reparación de meniscos.
La operación de reparación de ligamento cruzado por artroscopia se realiza bajo anestesia general. Para reparar un ligamento cruzado por artroscopia se realizan 3 pequeñas incisiones alrededor de la articulación. A través de una de ellas se introduce un líquido seroso que permitirá mejorar la visibilidad del cirujano a través del artroscopio.
Con el Artroscopio se determina la gravedad de la lesión y el tratamiento a seguir. Para reparar un ligamento cruzado roto, se puede realizar con un autoinjerto, tejido donado por el propio paciente; o mediante aloinjerto, tejido proveniente de un banco de donantes. Una vez dentro de la rodilla, la operación de reconstrucción de ligamento cruzado por artroscopia se realiza en los siguientes pasos:
- Se extrae el ligamento roto utilizando las herramientas quirúrgicas necesarias.
- Si se realiza un autoinjerto, la incisión será mayor para poder extraerlo.
- Se perforan túneles en los huesos para colocar el nuevo tejido exactamente donde se encontraba el otro.
- Fijación del ligamento con tornillos al hueso y con otros materiales para que se mantenga ahí. Estos orificios irán llenándose de hueso a medida que vaya sanando, fijando aún más si cabe el ligamento.
- Acabado el proceso, se extrae el material quirúrgico, se suturan las heridas y se venda la zona con cuidado.
- Normalmente se hacen fotografías del proceso para que el paciente pueda verlo a posteriori.