La producción de energía se realiza gracias a un proceso denominado efecto fotoeléctrico, donde el material que compone el panel es capaz de absorber fotones (partículas lumínicas) y liberar electrones, generando la corriente.
En días nublados o con niebla, si bien el sol directo se obstruye y las nubes hacen rebotar una porción de radiación solar hacia la atmósfera, cierto porcentaje logra atravesar por la capa de nubes. Por el mismo efecto que tenemos luz de día incluso con la nubosidad más densa, también tenemos radiación para generar electricidad.
Se estima que la producción energética llega a entre un 10 a 25% de lo que se podría producir en un día completamente despejado
En algunos hogares del sur se pueden apreciar termos recolectores que utilizan la energía solar para calentar agua. Parte de ese principio también se utiliza para generar electricidad en centrales termoeléctricas, eta vez, utilizando al sol de forma indirecta.
Para evitar el bloque de las nubes, una de las formas que se ha estudiado es, por ejemplo, crear globos aerostáticos que se eleven sobre las nubes y recolecten radiación solar para generar electricidad.
De esta forma, es posible pensar en un mundo con menos contaminación producto de la producción energética, la energía solar es una alternativa viable, incluso en nuestro nublado sur.
Las centrales termosolares de alta temperatura utilizan espejos que concentran los rayos solares en una torre central donde se calienta agua, gas o sales fundidas. El producto de este calentamiento mueve turbinas que finalmente generan la electricidad.